lunes, 28 de marzo de 2011

Marshall McLuhan

Estudiando TCM (Teoría de la Comunicación Mediática) un nombre se repite constantemente entre párrafo y párrafo: Marshall McLuhan, un filósofo, educador y estudioso canadiense. Profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación, McLuhan es reverenciado como uno de los fundadores de los estudios sobre los medios de comunicación, y ha pasado a la posteridad como uno de los grandes visionarios de la presente y futura sociedad de la información.

Nació  el 21 de julio de 1911 en Edmonton, Alberta, Canadá; en la Universidad de Manitoba (Canadá) estudió la Licenciatura en Letras y la Maestría en Artes. Se doctoró a los 31 años de edad en la Universidad de Cambridge, y en su tesis doctoral analizó la obra del dramaturgo inglés Thomas Nashe. Un total de nueve universidades le concedieron doctorados honoris causa: University of Windsor (1965), Assumption University (1966), University of Manitoba (1967), Simon Fraser University (1967), Grinnell University (1967), St. John Fisher College (1969), University of Alberta (1971), University of Western Ontario (1972), University of Toronto (1977).

McLuhan es el creador de numerosos conceptos hoy muy populares acerca de los medios de difusión masiva y la sociedad de la información, tales como la Galaxia Gutenberg, la Aldea global, la diferenciación entre medios fríos y calientes y la descripción de los medios de comunicación como extensiones de la persona. Se inspira en Harold Innis (compañero de la Universidad de Toronto) en sus obras y en su manera de pensar.

1. Sostiene que cualquier innovación cambia la situación anterior, incluso los modos de vida y de comportamiento.

2. Afirma que el contenido no es especialmente relevante, sino que lo que llega a cambiar las cosas de una sociedad es el propio medio.

3. La imprenta estandariza el idioma. Los medios ofrecen consecuencias, nos transforman porque son como extensiones del hombre, nos cambian sin que nos demos cuenta (influencia de los medios en las personas).

4. Se impone la simultaneidad. La "aldea global" es el resultado de la generalización de los medios de comunicación electrónica que permite una intercomunicación entre personas muy alejadas en el espacio: el mundo se convierte así en una aldea o pequeño mundo.

5. Los medios cálidos están muy definidos, todo está dicho y el que recibe no tiene necesidad ni posibilidad de participar. Los medios fríos, por el contrario, permiten o provocan la comunicación.

Cuando McLuhan, a mediados de la década de los 60, llamó por primera vez la atención del público al redefinir medios y mensajes, hubo quien interpretó que lo que hacía era promover el fin de la cultura del libro para propiciar la era de la televisión. Pero, en realidad, lo que hacía era advertir sobre el poderoso potencial del nuevo medio. Se sabe que en su vida privada McLuhan rechazaba a la TV hasta tal punto que le pedía a su hijo que impidiera que sus nietos la vieran. En efecto, llamó a la TV «el gigante tímido» y pretendía generar conciencia acerca de su enorme poder.

Así como el medio es entendido como una extensión del cuerpo humano, el mensaje no podría limitarse entonces simplemente a contenido o información, porque de esta forma excluiríamos algunas de las características más importantes de los medios: su poder para modificar el curso y el funcionamiento de las relaciones y las actividades humanas.

En esta línea, McLuhan definirá el mensaje de un medio como todo cambio de escala, ritmo o letras que ese medio provoque en las sociedades o culturas. De esta forma, el content se convierte en una ilusión o visión, en el sentido de que éste se encuentra enmascarando, como La Máscara, la modificación del medio (la mediatización).

Medio y mensaje funcionan en pareja, comprometidos más o menos, puesto que uno puede contener a otro: el telégrafo contiene a la palabra impresa, que contiene a su vez a la escritura, que contiene al discurso... y así, por lo que el contenido se convierte en el mensaje del medio continente. Habitualmente no notamos que existe interacción entre los medios y, dado que su efecto sobre nosotros, en tanto audiencia, suele ser poderoso, el contenido de cualquier mensaje resulta menos importante que el medio en sí mismo.

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