jueves, 24 de marzo de 2011

Elisabeth Taylor, la actriz de los ojos violeta

Hoy ha muerto Elisabeth Taylor, reconocida por su espectacular y deslumbrante belleza y actuación en películas como Cleopatra o ¿Quién teme a Virginia Woolf?. Desde los años 50 rápidamente se transformó en uno de los Mitos del Séptimo Arte. Fue también sumamente popular por su tormentosa vida privada y su pasión por las joyas.

Nacida en Londres un 27 de febrero de 1932 su debut en el cine se produjo a una edad temprana, como una niña prodigio de 9 años que materializó la promesa con sus primeros filmes de adolescencia y supo llevar a cabo la transición a la madurez de una veterana de Hollywood. "Fuego de juventud", dirigida en 1944 por Clarence Bown y en la que compartía reparto con Mickey Rooney, fue la película que la lanzó al estrellato. El rodaje, en el que interpretaba a una joven jinete, se convirtió en un éxito de taquilla de la época. A partir de ahí se iniciaría una larga carrera de más de 50 filmes caracterizada por papeles especialmente revolucionarios y escandalosos para su época.

En "Gigante" (1956), otra de las grandes películas de su carrera, compartió papel con el legendario James Dean y Rock Hudson, al que le uniría una profunda amistad que duraría hasta la muerte del actor. De ahí pasó a convertirse en la esposa sexualmente reprimida y escandalosamente sensual que dio la réplica una gran Paul Newman en "La gata sobre el tejado de zinc caliente", uno de los mitos de su carrera. La película de Tenesse William la catapultó no sólo como una de las actrices más bellas que había pasado por Hollywood, sino también como una de las de mayor talento, pese no conseguir el Oscar para el que estaba nominada.  Pero sí lo logró, en cambio, en 1960 por la película "Butterfiel 8" ("Una mujer marcada") de 1960, tres años antes de interpretar otro de sus papeles históricos.

Taylor dio vida a la que es considerada una de las mujeres más bellas y poderosas de toda la historia, "Cleopatra" en 1963, junto a Richard Burton.  La película fue famosa en esa época por ser la más fastuosa y más cara de la historia en ese momento (US$19 millones), mucho más que por su calidad artística. También por los escándalos fuera del rodaje: cuando Burton y Taylor comenzaron su historia de amor, prolongada hasta la muerte de éste en 1984, ambos estaban casados con otras personas. Junto a Burton, Elizabeth Taylor también rodaría "¿Quién le teme a Virgina Woolf?", la última gran película de su carrera por la que ganó un segundo Oscar en 1966 otorgado a su interpretación de la gorda y extremadamente desagradable Martha.

Su vida privada fue casi tan escandalosa como mucho de los papeles que interpretó. Se casó ocho veces, dos de ellas con Richard Burton, la primera después de engañar a su marido Fisher en pleno rodaje de "Cleopatra". El mismo año en que se divorcia por segunda vez de Burton (1976), Taylor decidió probar con un exmiembro de las fuerzas navales, John Warner, que más tarde se convertiría en senador republicano. Su matrimonio duró hasta 1982. Es entonces cuando comenzó a hacer incursiones en clínicas de rehabilitación de drogas y alcohol, un proceso que se vio agravado cuando murió Burton, el año siguiente, en 1984.

Fue en una de estas clínicas donde conoció al albañil Larry Fortensky, 20 años menor que ella y que se convertiría en su último marido, en 1991, en una boda que causó una gran expectación y tuvo lugar en el rancho de California de uno de los amigos más íntimos de la actriz, Michael Jackson. Fortensky había sido encarcelado en varias ocasiones por conducir bajo los efectos del alcohol y por delitos relacionados con las drogas. Junto a él protagonizó otro de los escándalos de la época: su divorcio costó a la actriz cinco años más tarde la nada despreciable suma de 1,6 millones de dólares.

En la última etapa de su vida, que comienza en los años 90, Taylor realizó algunas películas menores y empezó a ser más conocida por su labor humanitaria. Se convirtió en una embajadora de la lucha contra el sida, como consecuencia de la pérdida de su gran amigo Rock Hudson, uno de los primeros grandes íconos en morir de esta enfermedad. En 2003 se retiró oficialmente. Un año más tarde, empeoró su estado de salud y comenzó a desarrollar la enfermedad y las complicaciones del corazón que le dejaron inválida, incapaz de caminar y postrada en una silla de ruedas. "He vivido lo suficiente como para llenar cuatro vidas". Y seguro que sus obituarios darán fe de muchas páginas, sobre su vida artística, su belleza inagotable y su apasionante vida privada.

REFERENCIAS: Artículo de Maruja Torres (periodista del País).

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